Sexomnia o sonambulismo sexual: de la cama al juzgado

La sexsomnia es un trastorno del sueño en el que el paciente practica conductas sexuales o intenta consumar relaciones sexuales estando dormido, no conscientemente por lo tanto, presentándose tanto en hombres como en mujeres, aunque es más frecuente en varones.

Es muy frecuente que el comportamiento sexual durante la Sexsomnia sea diferente al que la persona presenta durante la vigilia, siendo unos pacientes más delicados y cariñosos con sus parejas, mientras que otros intentan mantener relaciones sexuales de una manera más agresiva y violenta. La mayor parte de las parejas refieren que “no parece él/ella”. Característicamente el paciente no recuerda nada de lo sucedido al día siguiente y si se le despierta en ese momento se mostrará confuso e incluso sorprendido al no ser consciente de lo que estaba ocurriendo. La frecuencia de aparición de los episodios en muy variable, pudiendo presentar algunos pacientes de 3 a 6 episodios a la semana mientras que otros presentan un único episodio a lo largo de su vida.

Cuando vamos a dormir, durante la fase de sueño No REM se activan determinadas áreas corporales, tales como el cerebro o el sistema endocrino. Ya en la fase REM logramos la relajación completa por lo que entramos en inconsciencia respecto a las respuestas corporales.

Los neurólogos explican que en los pacientes son sexomnia las partes del cerebro que se mantienen alerta son las que controlan la visión, el movimiento y la emoción; al tiempo que las zonas encargadas de la memoria, la toma de decisiones y el pensamiento racional aparentemente quedan en el sueño profundo.

Por eso quien tiene este trastorno al igual que quien sufre de sonambulismo, puede caminar, hablar, comer y hasta tener sexo sin tener conciencia de sus actos ni memoria de lo que sucedió.

Al igual que otras parasomnias, su causa no es única y no siempre puede establecerse, aunque se han descrito varios factores que pueden precipitar la aparición de estos episodios: el contacto físico con la pareja que comparte la cama, la privación de sueño, el estrés, la ansiedad, la fatiga y el abuso de alcohol y de drogas y ciertos fármacos. También trastornos psicológicos/psiquiátricos. También se postula que trastornos que fragmentan el sueño como el Síndrome de apnea-hipoapnea del sueño (el alcohol y fármacos depresores pueden precipitar episodios de apnea), el síndrome de piernas inquietas, el síndrome de Kleine-Levine, el insomnio crónico o el trabajo a turnos pueden ser factores precipitantes en personas predispuestas. El REM sin atonía,  la narcolepsia, el despertar confuso y otros también se han asociado a este trastorno.

Al menos un 35.5% de los casos clínicamente documentados tienen consecuencias legales, usualmente como acusados de delito sexual, pudiendo la sexsomnia explicar el comportamiento sexual denunciado, por lo tanto no responsable penalmente, aunque eso requiere un estudio individualizado, conocer los antecedentes y la existencia de posibles factores precipitantes.

Pericialmente, sólo he informado un asunto de este tipo, en el que quien padecía sexomnia, o al menos no podía descartarse un episodio de esta parasomnia en los hechos dados los antecedentes y factores precipitantes, así como el modo en que se produjeron los hechos, era la denunciante. La absolución del denunciado forma ya parte de la Jurisprudencia sobre la materia en SAP Zaragoza 237/2018, 1 de Octubre de 2018